La tecnología digital brinda grandes avances que ayudan a derribar la barrera de la distancia física y facilitan el acceso de millones de personas al sistema educativo a través del e-learning y al sistema financiero gracias a los sistemas de homebanking, por ejemplo. Por su parte, las redes sociales facilitan los vínculos, relaciones y conversaciones.
Esta revolución tecnológica, que ofrece valiosas oportunidades de desarrollo, tiene su lado oculto y potencia peligros que ya existían en el mundo offline y en donde los niños son el punto más vulnerable. Peligros como el grooming son cuestiones que preocupan a padres y a docentes por igual en el marco de un nuevo ciclo lectivo que está comenzando.
¿Qué es el grooming?
“Se define como grooming a una serie de conductas y acciones emprendidas por un adulto a través de redes sociales como WhatsApp, Facebook, Instagram, Twitter o, Snapchat, por ejemplo, con la intención de establecer una relación con un niño para con fines sexuales online ? offline,” señalaSebastián Stranieri, CEO de VU. El crecimiento es exponencial en los últimos años. Mientras que en 2016 las fiscalías especializadas en delitos informáticos recibieron cerca de 8800 reportes, en 2017 fueron más de 23.500; lo que representa un aumento de casi un 300%.
El desconocimiento puede ser el principal enemigo
El año pasado, un estudio de la ONG Grooming Argentina arrojó que sólo el 28,4% de los argentinos conoce este tipo de acoso virtual infantil. El 39% de las personas que participaron de la encuesta no sabía que era el grooming. Tres de cada diez personas directamente no tenían conocimiento de la problemática.
El 70% de las personas se conectan a Internet a través del móvil. Pero el dato que enciende la alarma es que, ya a los 5 años, siete de cada diez chicos utilizan el dispositivo de un adulto para jugar o escuchar música. El riesgo del grooming y el ciberacoso están latentes.
¿Cómo prevenir y cómo denunciar?
La primera recomendación es siempre la educación y el acompañamiento de los padres. También es importante evitar retarlos ante una sospecha de caso de abuso o intento de abuso; hay que fomentar siempre el diálogo con ellos. Entre las recomendaciones más comunes, Sebastián Stranieri describe:
Concientizar a los menores sobre el peligro de la red y mantener un diálogo abierto entre los menores y sus familiares.
Enseñar a los menores a que no se contacten, intercambien información ni acepten solicitudes de amistad de desconocidos.
Educarlos a no difundir información privada ni datos personales como dirección, teléfono, nombres y edades de los familiares, horarios de la familia, entre otros.
Utilizar programas de control parental e ir adaptándolos a medida de los menores van creciendo.
Instalar el software para proteger los equipos de códigos maliciosos, spyware y ciber delitos. Incluso si hay menores, se puede instalar software de control de actividad para poder revisar cualquier comportamiento extraño.
Estar atentos a cambios de actitud de los chicos, como por ejemplo, mayor hermetismo o misterio.
La escuela frente al grooming
Según otra la ONG Argentina Cibersegura, en al menos una de cada diez escuelas hay chicos o chicas víctimas de acoso sexual por internet. “Por eso es fundamental que los gobiernos y las organizaciones de la sociedad civil trabajen con las familias acerca de esta problemática. Es importante que también los docentes presten mucha atención al comportamiento de los niños en el ámbito escolar, estar alerta a determinadas actitudes de los niños en la escuela y principalmente, con el uso de los celulares en el establecimiento,” comenta el CEO de VU.
“Además, hay que seguir propiciando espacios de encuentro, reflexión y construcción grupal sobre la temática de grooming, hacer charlas entre docentes, padres y especialistas. En muchos establecimientos escolares lo han implementado, pero es necesario que en todas las escuelas se trate este tema y que tenga continuidad en el tiempo porque los acosadores están al acecho y no se toman vacaciones. Nuestros niños están en permanente peligro,” agrega
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