jueves, 19 de noviembre de 2015

Padres Presentes: Te Invito a Tomar Un Cafe

¡Qué importante es entender la trascendencia de dar afecto y estima a nuestros hijos!


Pocos padres entienden la dimensión de lo que significan las marcas de aliento o desaliento en ellos.


Somos hijos de un Padre maravilloso, todopoderoso y omnipotente, pero al mismo tiempo lleno de un amor inconmensurable para con nosotros: sus hijos.

Cuando un padre da valía a su hijo, reconoce que vale, que es lo más importante para él aquí en la Tierra, esa huella dará fruto por generaciones.

Es necesario que esa estima, ese amor, no sea solo nominal o sobreentendido, sino audible y práctico.

¡Sí, tienes que decirle a tu hijo cuánto lo amas y demostrárselo con acciones visibles!

Una palabra de estima dicha por un padre a un hijo, es el mayor antídoto para cualquier rechazo que pueda recibir en la vida.

La falta de amor forma hijos inseguros, miedosos. Por el contrario, el afecto práctico les dará seguridad y valor.






Un abrazo, un beso, sin importar el sexo de tu hijo/a, cobrarán vida en cada circunstancia difícil que le toque atravesar a lo largo de la vida.


Te comparto un testimonio: Un día un papá me pidió ayuda con su hijo adolescente. Nunca le había demostrado cuánto lo amaba, pues lo daba por sentado, pero lo veía cada vez más lejos. Le dije: “Invítalo a tomar un café, como lo estamos haciendo nosotros ahora en este bar. Se va a sorprender pero sigue adelante y cuando se concrete la cita, seguramente él pensará que hizo algo malo, tú disimula y habla de cualquier cosa, como lo harías con un amigo”. Así fue, se encontraron y el muchacho tembloroso al ver que pasaban los minutos y su papá no le decía nada, irrumpió: “Papá, dime qué hice y listo”. “Nada, hijo”, le respondió el padre. El joven retrucó: “Entonces, ¿qué hiciste tú?”. “Nada, hijo” y así terminó la cita, con un contenido de temas de afecto mutuo, pero con la incertidumbre del hijo de no entender qué pasaba.

Lo desafié a repetir la invitación la semana siguiente. Se repitió la escena y durante la conversación informal, en la que el padre le preguntó por cosas que sólo al hijo le importaban, el muchacho lo miró fijo con los ojos vidriosos y le preguntó: “Papi, ¿es verdad que el motivo de estos encuentros es sólo charlar conmigo”. “Sí, hijo”, respondió el papá. El joven, entre sollozos, le dijo: “Este es el mejor día de mi vida. Papá, no sabes lo que esto significa para mí, no solo me hiciste feliz, sino que algún día cuando tenga un hijo, lo invitaré a tomar un café...”.

Dios nos dio una prioridad como padres que consiste en sembrar el mismo amor que Él nos da cada día. Esa es tu prioridad, papá; esa es tu prioridad, mamá.

Podrás tener grandes logros en la vida pero sin este galardón, tu dicha será incompleta.

¡Dios te bendiga!
Jorge y Graciela Sennewald
Iglesia El Encuentro, Monte Grande, Buenos Aires

Acciones prácticas

Andá a buscar a tu hijo donde esté, abrazalo y decile cuánto lo amás.

Si sos hijo, andá a buscar a tu papá, abrazalo y decile cuánto lo amas.

A partir de hoy comprometete a tener una relación con tu hijo donde el amor sea visible cada día del resto de sus vidas.


Referencia: 

Iglesia Cielos Abiertos 

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