jueves, 27 de diciembre de 2012

Un Gesto de Amor Puede Mucho! Animate Hacerlo!


Un muchacho pobre, de alrededor de doce años de edad, vestido y calzado de forma humilde, entró en una tienda, eligió un jabón de tocador común y le pidió al propietario que se lo envolviera para regalo. – "Es para mi madre", dijo con orgullo. El dueño de la tienda se conmovió ante la sencillez de aquel regalo. Miró con piedad a su joven cliente y, sintiendo una gran compasión, tuvo ganas de ayudarlo. Pensó que podría envolver, junto con el jabón tan sencillo, algún artículo más significativo. Sin embargo, estaba indeciso: miraba al muchacho, miraba los artículos que tenía en su tienda, pero no se decidía. ¿Debía hacerlo o no? El corazón decía que sí, pero la mente le decía no. El muchacho, notando la indecisión del hombre, pensó que estuviera dudando de su capacidad de pagar. Llevó la mano al bolsillo, retiró las moneditas que tenía y las puso en el mostrador. El hombre se conmovió mucho más aún cuando vio las monedas, de valor tan insignificante. Continuaba su conflicto mental. En su intimidad ya había concluido que, si el muchacho pudiera, le compraría algo mucho mejor a su madre. Recordó a su propia madre. Había sido pobre y muchas veces, en su infancia y adolescencia, también había deseado regalarle algo a su madre. Cuando consiguió empleo, ella ya había partido para el mundo espiritual. El muchacho, con aquel gesto, estaba tocando lo más profundo de sus sentimientos. Del otro lado del mostrador, el chico empezó a ponerse ansioso. Parecía que algo no estaba bien. ¿Por qué el hombre no envolvía de una vez el jaboncillo? Él ya lo había escogido, ya había pedido que se lo envolviera y hasta le había mostrado las monedas con que pagaría. ¿Por qué se demoraba tanto? ¿Qué estaba sucediendo?. En el campo de la emoción, dos sentimientos se entrecruzaban: la compasión del hombre, la desconfianza por parte del muchacho. Impaciente, le preguntó: "¿señor, falta algo?" – "No", contestó el propietario de la tienda. "Es que de repente recordé a mi madre. Ella se murió cuando yo todavía era muy joven. Siempre quise darle un regalo, pero, desempleado, nunca logré comprar nada." Con la espontaneidad de sus doce años, el muchacho le preguntó: – "¿ni un jabón?" El hombre se calló. Caviló un poco más y abandonó la idea de mejorar el regalo del muchacho. Envolvió el sencillo jabón con el mejor papel que tenía en la tienda, le puso una hermosa cinta de colores y se despidió del cliente sin hacer ningún comentario más. A solas, se puso a pensar. ¿Cómo nunca se le había ocurrido darle algo pequeño y sencillo a su madre? Siempre había pensado que un regalo tenía que ser algo significativo, tanto que, minutos antes, sintiera piedad de la humilde compra y había pensado en mejorar el regalo adquirido. Conmovido, entendió que ese día había recibido una gran lección. Junto al jabón del muchachito, lo acompañaba algo mucho más importante y grandioso, el mejor de todos los obsequios: ¡el gesto de amor! Invierta en el amor, que es el medio más poderoso de hacer que las personas sean felices.

Walter Larralde


Cuando me encontré con esta historia no puede evitar no emocionarme y recordar el gesto de amor que recientemente le puede hacer a mi mama, y la gran alegría que ella tenia, la historia es la siguiente..... Ella vivia en madryn junto a mi familia hasta hace muy poco, en mi interior senti que debia hacer algo para poder retribuir un poco de lo mucho que ella me había brindado y aun sigue haciendolo y pensé...... en algo que ella quería hacer hace mucho tiempo y no había podido hacer, entonces me dije.... Le voy a cambiar el piso de su casa y cuando regrese le voy a dar la gran sorpresa, parece algo trivial, para ella no lo era porque no había podido hacerlo por falta de dinero, pero alguien digo por ahí, que en las pequeñas cosas esta la gran diferencia y lo crei, comenze con la tarea pero de repente por cuestiones familiares ella tuvo que apresurar su regreso y eso me llevo a acelerar la marcha y pegarle todo el día, para que todo estuviera listo a su regreso y terminar con lo cometido, el fin de este pequeño gesto de amor finaliza con.... Mi mama llegando a Viedma y al entrar a su casa... sas....  se Encontro con los pisos nuevo, un viejo anhelo de ella hecho realidad. Simplemente su sonrisa justifica todo lo hecho.
Asi que si te tomaste un tiempo en leer esta nota, te animo a realizar un gesto de amor a quien vos consideres ya que eso quedara imborrablemente en nuestro corazón y en nuestra mente. 

 Junto a mi Mama!!


Aprovecho a desearte un Feliz Año y un mejor comienzo. 

Y te comparto una linda frase que dice que..... El amor lo pintan Ciego y con Alas, ciego para no ver los Obstáculos, y con alas para volar siempre Unidos.

Mucha Felicidad para el 2013!!!

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