lunes, 12 de septiembre de 2016

Los riesgos de la pornografía y la Masturbación

La pornografía es la actividad más rentada en el mundo después del armamentismo y el narcotráfico. Por tal razón, los negociantes del sexo intentan que sea bien vista y tratan de mojigatos a quienes la desestiman.

Coincidimos con Frank Pavesa cuando dice: “El contenido ideológico de la pornografía no viene a ser otro que convertir en fuente de placer la horrible explotación del hombre por el hombre, del fuerte sobre el débil…”. Se dice que el siglo XXI será conocido como el del tráfico humano. La premisa al respecto es que, la cocaína o las armas se pueden vender sólo una vez, pero una persona en el mercado del sexo o de la explotación puede venderse una y otra vez. La pornografía es dañina por muchas razones, entre ellas:

Denigra al ser humano. Las personas exhibidas se presentan como mercancía disponible para la venta. Siempre dispuestas, sin demandas, como objetos que pueden elegirse según el gusto del consumidor.

Pervierte la sexualidad. La pornografía no considera los sentimientos de las personas. No valora el amor, la ternura o la intimidad. Aunque se tienda a creer que mirar videos de alto voltaje es tan sólo una ‘travesura’, es muy peligroso. En el matrimonio, mirar juntos o por separado este tipo de material no los acercará; por el contrario, hará que se distancien cada vez más. A la larga, seas soltero o casado, la pornografía siempre será dañina.

Niega la realidad. Los pornógrafos están especialmente interesados en demostrar que la mujer y el hombre en cualquier momento, situación o estado, van a gozar con cualesquiera de las prácticas sexuales a las que se sometan. Proyectan una imagen irreal en que la mujer y el hombre disfrutan de una sexualidad libertina y aberrante. Desde el punto de vista fisiológico esto es imposible.

Genera conflictos conyugales. Habitualmente es el hombre quien solicita ciertas prácticas exhibidas y, cuando la mujer en la vida real no accede a ellas, se la tilda de estrecha y puritana, de reprimida o amargada, con lo que generan tensión y reproches en el matrimonio.

Aumenta la vulnerabilidad al VIH-SIDA. Entre las determinantes de riesgo para que una persona sea ‘más vulnerable’ se encuentran el elevado número de parejas sexuales, las relaciones sin protección, la facilidad de establecer contacto por Internet y el acceso a la pornografía.

Incita a la violencia sexual. Todos los ofensores sexuales tienen antecedentes de consumo de pornografía. La violencia y el sufrimiento físico son representados como una pantomima. El dolor de los protagonistas se presenta como un vehículo hacia el placer y el sufrimiento es un elemento de excitación sexual. Para mantener la novedad y no caer en el aburrimiento por la visión de las mismas prácticas sexuales, los pornógrafos se esmeran agregando nuevos alicientes en forma de mayor violencia y extravagancias: se introducen niños y hasta animales. Como decía Alice Scwazer, directora de la revista feminista alemana Emma: “Ya no les basta con ponernos medias de red, escote y orejitas de conejo, ahora nos tienen que atar, torturar y matar”. Parece que lo último en pornografía es el llamado cine masacre, o kiddi porno, donde se filman violaciones con muertes reales, torturas reales y descuartizamientos reales.

Es el camino hacia el pecado. Una mente saturada de pornografía buscará vehiculizar de algún modo el deseo surgido por esas imágenes. Santidad no sólo es dónde me encuentro, sino hacia dónde me dirijo.

Despierta deseos inimaginados. Todos los varones que incurrieron en prácticas homosexuales, antes de su primer contacto sexual, consumían con asiduidad pornografía homosexual. Lo mismo es válido para el abuso sexual infantil. Alrededor del 40% de los consumidores de pornografía infantil, se convertirán en abusadores de menores.
Tiende a producir adicción. Una de las más poderosas adicciones hoy en día es la pornografía. Hace desear más y más, como el alcohol o las drogas. Nunca es suficiente. La adicción paraliza la espiritualidad, pervierte la forma de ver el mundo, sexualiza los vínculos, deforma la vida social y destruye cualquier posibilidad de ser efectivos en el ministerio.

Concluimos diciendo que la pornografía no conviene y si alguno está en situación de riesgo para desarrollar una adicción o está inmerso en ella, es hora de buscar ayuda. En soledad no podrá, recuerde todas las veces que se dijo a usted mismo ‘no lo volveré a hacer’; sin embargo, recayó. No se engañe, no deje que su familia y todo lo bueno que haya en su vida se pierda a causa de su adicción. Busque ayuda y que sea hoy.

Como Hacer Para Dejar La Masturbación 

La Biblia no dice nada acerca de la masturbación. Ya que la Biblia no prohíbe expresamente la masturbación, la pregunta correcta no sería: ¿es pecado masturbarse? sino regirnos por otro principio bíblico contenido en el Nuevo Testamento: ¿me conviene? Pablo escribe: “Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica”. 1ª Corintios 10:23. Ya que hemos sido llamados a libertad y todo nos es lícito, nuestra pregunta no debería ser: ¿qué hay de malo en masturbarse? Si no, ¿me conviene? ¿Me hace bien este hábito? ¿Me edifica? ¿Es lo mejor para mí? Hemos sido llamados no solamente a distinguir lo bueno de lo malo, sino lo bueno de lo mejor. Como cristianos comprometidos con la madurez espiritual, deberíamos escoger siempre aquello que representa lo mejor. Y cada uno debe encontrar su propia respuesta a estos interrogantes.

El ejercicio del dominio propio en relación con el deseo sexual se puede cuantificar en este comportamiento. Cuando una persona, por convicción personal, no se masturba para elegir otro valor que considera superior, como la santidad o la comunión íntima con Dios, fortalece su carácter y autodominio, es decir, crece espiritual y emocionalmente.
¿Cómo hacer para dejar la masturbación?

Si tienes un hábito masturbatorio y quieres experimentar libertad, te sugerimos 10 pasos prácticos:

Reconoce tu debilidad. No te engañes, los pensamientos son la raíz del problema. Sé honesto y reconoce que no podrás ganar esa batalla tú solo, necesitas el auxilio del Espíritu Santo. “La oración eficaz del justo puede mucho”, Santiago 5:16. Busca en oración la presencia de Dios; cuanto más cerca de él estés, más fácil te resultará hacer los cambios necesarios.

Lucha contra la tentación. Experimentar tentación no significa consentir a ella. No es la naturaleza la que toma decisiones sobre cómo debe ser usado el cuerpo humano, sino la voluntad. ¡Resiste tenazmente!
Gana la batalla en tu mente. Lo que no vences en la mente, se manifestará en acciones que finalmente se convertirán en un hábito.

Desvía la atención tan pronto comience la tentación. Sustituye los pensamientos sexuales por otros que sean de fe. Los pensamientos sexuales impuros se derrotan pensando en algo mejor.

Desecha toda fuente de tentación. Tira a la basura todo material pornográfico que tengas en tu poder (revistas, fotografías, videos, relatos sensuales, etc.).

Vigila tus pasos. Mantente en guardia cuando estás solo/a. En soledad es más fácil ceder a la tentación. El Espíritu Santo te advertirá de posibles tentaciones con su suave presencia. ¡Escúchalo!

Evita el ocio. Ocupa tu tiempo en actividades productivas tales como estudio, ejercicio físico y deportes. Los hábitos espirituales de leer la Biblia, orar y ayudar a otros te servirán para reorientar tus fuerzas en algo provechoso. Invierte tiempo para conocer otras personas. Hazte de nuevos amigos y socializa con ellos.

Elije lo excelente por sobre lo mejor. Pablo dijo: “Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica”, 1ª Corintios 10:23. Sacrifica un placer momentáneo en la búsqueda de una mayor madurez espiritual.

Sincérate con un amigo. Busca un mentor espiritual, confiesa tu lucha y ríndele cuentas periódicamente. La confesión fortalece el alma y constituye una presión extra frente a las tentaciones futuras.

Decide por el no, un día a la vez. Establece una meta posible y alcanzable. Se realista. Lucha cada día. Los pequeños progresos diarios te conducirán a grandes resultados.


Referencia:
Restauración Sexual

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